Aprender a Aprender


La Educación como un proceso que nos permite la apropiación  del conocimiento contempla el aprendizaje como una de sus etapas.
Razón tuvo Sócrates al afirmar:”sólo sé que nada se”. Dejando con esto sentada la base de lo que hoy conocemos como educación continuada en su fundamento verdadero. No  somos seres terminados desde el punto de vista de nuestra estructuración académica ni humana.
La posibilidad de aprender en todos los ámbitos tiene como fundamento la condición perfectible del hombre; ese poder llegar a ser es siempre un estímulo para lograr  metas parciales en el desenvolvimiento de nuestra  vida.
El reconocimiento de potencialidades en  el hombre ha dado lugar a los diversos estudios que lo abordan como unidad estructurada. Haber llegado a comprender  las diversas  aptitudes que el hombre posee para enfrentar de una manera eficiente, eficaz y efectiva los retos  que impone la vida ha hecho proponer el concepto de competencia como un saber hacer en situación.
Pero este saber supone un conocimiento previo de algunas cosas, sean estos supuestos de orden teórico o de orden práctico. Pero igualmente estas adquisiciones en cualquiera de los órdenes mencionados suponen el aprendizaje como su fundamento.
Consideramos desde este horizonte que el fundamento de toda actuación humana en cualquiera de los niveles se fundamenta en la facultad de aprender.
Independientemente de lo que las diversas teorías  sobre el aprendizaje puedan proponer, sea que hagan hincapié sobre el proceso, sobre los resultados o las circunstancias en que este ocurre hay una verdad de fondo: se aprende algo para hacer algo. Entonces plantear cambios de conducta y de actitudes fundadas en el aprendizaje no resulta descabellado. Nunca un aprendizaje estará  despojado de una finalidad, entiéndase como se quiera entender el concepto.
Desde aquí aprender es apropiarse de conocimientos, experiencias y valores
para establecer a partir de estos relaciones consigo mismo, con los otros y con lo otro. El aprendizaje nos ubica en el mundo y nos permite  medializar el entorno.
El manejo del esquema lógico discursivo en el proceso de aprendizaje es también determinante, ya que la lógica es condición indispensable del pensamiento. El reconocimiento que hacemos de las cosas por separado nos permite identificarlas en un determinado momento  y este hecho nos dará la posibilidad de asociarlas a otros elementos igualmente identificados por ser cualidades, lo que nos permitirá emitir las diversas proposiciones como expresiones en palabras del juicio.
Reconocer relaciones causales entre las diversas proposiciones nos da la posibilidad de establecer generalizaciones que se fundamentan en  la capacidad de razonamiento que hay en el hombre. 
 Si bien es cierto que el aprendizaje puede darse en diferentes ámbitos hay un común denominador: en todos los casos hay apropiación de algo, sea de carácter intelectual  o de carácter sicomotor.

El hombre se apropia del conocimiento básicamente por la inteligencia, comprendida como facultad superior, si se nos permite ese lenguaje teniendo en cuenta que en el hombre todas las facultades se articulan  para dar unidad al mismo; pero hay también el aspecto de las habilidades, más relacionado con lo mecánico en donde juega un papel fundamental la  sensomotricidad que orientada hacia una práctica  concreta hace del ser humano un virtuoso en una actividad determinada (caso de muchos deportistas y ejecutantes de instrumentos musicales entre otros)

El aprendizaje es importante para el desempeño del hombre. Implica e esto un cambio de actitudes que ayudan al hombre en su capacidad de adaptación para desenvolverse en situación.

Aprender y conocer algo, sea objeto o situación  implica en mayor o menor medida la comprensión, entendida como el vertimiento que hacemos de la realidad en un molde mental  que maneja el sujeto que conoce. Lo anterior nos permite concluir que la comprensión tiene un límite en cada individuo dado los condicionamientos de cada persona. Esta idea es fundamental para
el aprendizaje por procesos y por competencias. No todas las personas desarrollan el aprendizaje de la misma manera ni al mismo ritmo. Tener en cuenta esta realidad ayudaría a los maestros a contribuir de una manera más efectiva con el desarrollo de los procesos y competencias en nuestros alumnos. Recordar que no todos estamos en condiciones de aprender lo mismo, precisamente por las diferencias en los esquemas mentales que manejamos.
La comprensión nos debe conducir a la elaboración de síntesis de lo aprendido si tenemos en cuenta que desde el punto de vista de la lógica comprensión y extensión son inversamente proporcionales.
Realmente como se dijo en  algún aparte del escrito: el hombre no es un ser terminado; pero está maravillosamente articulado y el conocimiento como una de sus facetas también posee una estructura que acrecienta con el tiempo. El arco evolutivo va acompañado de la capacidad para aprender hasta llegar de alguna manera a la abstracción que nos permitirá hacer apreciaciones de tipo formal pasando por lo sensomotor, lo proposicional y lo operacional concreto.
Por otra parte considerar la educación como una manera de comunicar a las generaciones los ideales, valores y esquemas del grupo en el cual se vive implica también una puesta a tono de este proceso con los cambios y exigencias de la vida en un momento determinado. Hoy cuando se hace tanto énfasis en la individualidad surge la necesidad de dotar a este individuo de oportunidades para que se realice de la manera más armónica posible sin romper el marco social. Se debe entregar al hombre de hoy las herramientas que lo habiliten para emprender su propio proceso de aprendizaje. Cómo aprender a aprender es la propuesta; lo que implica necesariamente cambios en el modelo de la relación alumno- maestro .Por parte del primero debe existir el convencimiento de que es el centro del proceso de aprendizaje y por parte del segundo  la aceptación de su carácter mediacional en el proceso de aprendizaje.
La vida del hombre es comparable a una onda en la cual  encontramos crestas y valles  como símbolos de los momentos satisfactorios y de los dolorosos, el no ser la vida una experiencia plana, sino sinuosa nos muestra que la adaptación a las mismas exige nuevos aprendizajes, es que realmente la vida es la mejor escuela. La necesidad de dar solución a las diversas problemáticas planteadas por la existencia ha  obligado al hombre a avanzar en todos los órdenes. La satisfacción de las necesidades básicas en principio jalonaron el progreso y muchas de las cosas que conocemos como bienes y servicios se orienta a esta satisfacción. Pero también hay necesidades suntuarias que  igualmente deben ser cubiertas y también producen progreso. En ese marco la vida del hombre se ve afectada obligándolo a acomodarse a las nuevas situaciones lo que exige una nueva actitud que necesariamente debe ser aprendida.
Todas las propuestas en torno a la facultad cognoscitiva del hombre  y lo expuesto sobre el aprendizaje se convalidan en la condición perfectible del hombre. Ninguna de las propuestas puede presumir por separado ser la portadora de la verdad en torno al problema del cual se ocupan, son simplemente parte de ese mosaico que trata de responder  a la estructura de un ser tan complejo como es el hombre.  
Lic. Enrique Rafael Guzmán Valdelamar.

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